El hábito de fumar es nocivo para gran cantidad de funcionalidades internas del organismo y, como no podía ser de otra manera, fumar con implantes dentales también lo es especialmente para el proceso de osteointegración incrementando de manera importante el riesgo de fracaso del tratamiento de implantología.
Con cada calada de un cigarrillo introducimos en nuestro organismo unas 4.000 sustancias farmacológicamente tóxicas, mutagénicas y carcinogénicas. El daño que provoca el humo del tabaco en la salud bucodental va más allá de las manchas en los dientes y del mal aliento. La principal amenaza es su relación con la periodontitis, que provoca la pérdida de dientes, y con el cáncer oral, ya que es su causante principal junto al alcohol. Pero aún hay más: la tasa de fracaso de los implantes dentales es dos veces superior entre la población fumadora. La relación entre tabaco e implantes dentales es todavía desconocida por muchos pese a sus consecuencias.
¿Cómo afecta el tabaco a los implantes dentales?
A pesar de la creencia popular, los efectos nocivos del tabaco en nuestra salud bucodental no provienen de la saliva, sino que son las miles de sustancias tóxicas que componen el cigarrillo las que se introducen de manera rápida en la sangre y provocan algunos de los siguientes efectos negativos:
- Ralentiza la cicatrización: La colocación de implantes dentales requiere de una pequeña cirugía en la zona de la encía donde va a ir colocado dicho implante, y debido a los efectos de la nicotina del paciente fumador, la cicatrización natural posterior puede ser más lenta de lo común, e incluso puede provocar que la zona operada llegue a infectarse.
- Puede generar infecciones: El tabaco reduce la capacidad defensiva del organismo ante posibles agresiones microbianas, infecciones o bacterias, debido a las alteraciones en la microcirculación; es decir, que se reduce la cantidad de riego sanguíneo en el hueso, la encía y las mucosas que lo rodean.
- Dificulta osteointegración: En el caso de la osteointegración, los efectos de la nicotina provocan que el hueso se integre de manera más lenta en el implante dental e incluso afecta a los tejidos naturales que nuestro organismo genera durante este proceso. De esta manera, la unión entre el implante y el hueso de los maxilares será más frágil y tendrá más posibilidades de fracasar.
- Disminuye la capacidad de reparación de las lesiones: El tabaco incide sobre las células que ayudan a reparar los tejidos y por lo tanto, entorpece su normal funcionamiento.
- Compromete la salud de los implantes a largo plazo: Las personas fumadoras pueden tener problemas no sólo en el momento de su colocación, sino también en su posterior mantenimiento. El tabaco puede provocar enfermedades periimplantales como la inflamación de los tejidos que recubren la prótesis y poner en peligro la totalidad del tratamiento.
- Pigmentación de los dientes: Una de la